sábado, 30 de diciembre de 2017

jugando fácil


Si recorres el pasillo de los juegos de mesa en cualquier juguetería o centro comercial, te encontrarás con las versiones premasticadas y fáciles de digerir de antiguos y clásicos juegos de mesa. Versiones light, ahora más fáciles de jugar, con varios modos de juego; menos complicados, más simples, que te retan menos, que hacen juego con el insustancial mundo Kardashian que habitamos.

La verdad es que no sé si sean más divertidos (lo dudo, pero podría ser) porque en su mayoría no los he jugado, pero creo que cualquier persona adicta a la inmediatez de las redes sociales y el internet de alta velocidad los disfrutará. Sobretodo los niños que manejan una tableta antes de cumplir dos años como nunca la manejará mi madre. Esos niños se aburren si no tienen las cosas fáciles.

Y cada quien jugará como mejor le parezca –algunos prefieren no jugar a nada–, realmente no me importa como jueguen los niños actuales, el problema es que dejen de vender las versiones clásicas de los juegos y sólo ofrezcan estas adaptaciones sin chiste. 

Porque yo no quiero un Maratón con opciones de respuesta, ni las muchas opciones de Monopoly o Turista que no duran más de media hora, o el Clue con tarjetas para hacer trampa y averiguar cosas.

Aunque me pregunto si después habrá alguien con quien jugar. 


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